¿Qué es el capital intelectual?

Capital Intelectual

El conocimiento o ciencia procede del intelecto, no de una sola persona sino de muchísimas, que a lo largo de la existencia humana lo han (o lo hemos) desarrollado, y que ha pasado de una persona a otras y también de una generación a otra. El conocimiento como tal no le pertenece entonces a una sola persona, no tiene propiedad exclusiva, nos pertenece a TODOS porque todos, de uno u otro modo, hemos aportado a su desarrollo, y en tal sentido es un "bien común".

Nadie lo sabe todo, pero todos sabemos algo que es útil para los demás, y todos debemos saber valorar lo que cada uno sabe, porque lo que sabemos no serviría de nada si no le fuese útil a nadie, mientras que cuando lo que sabemos es útil para otros y lo ponemos a su servicio, aquellos que lo reciben deben saber reconocer que tiene un valor y estar dispuestos a agradecerlo retribuyéndolo de alguna manera. Es por esta razón que cuando alguien (persona, empresa, comunidad, etc) cuenta con un conocimiento valioso para otros que así lo reconocen y lo retribuyen, entonces está administrando un capital intelectual.

Dicho de otra manera, el capital intelectual se refiere al conjunto de conocimientos, habilidades y experiencias con los que contamos las personas, recibido de otros que nos lo han aportado y que hemos aprendido a lo largo de nuestras vidas, y que a la vez aportamos a otros a quienes les resulta de utilidad y provecho, que al ponerlo en práctica puede generar innovación (algo nuevo que se suma a lo que ya se sabía) y también crecimiento (mientras más sabemos, más podemos hacer o hacerlo mejor, para contribuir al desarrollo humano). Por ejemplo, a través del aprendizaje continuo (compartir de conocimientos) y de la retención del talento (capacidad de las personas de convertir el conocimiento en habilidades para servir a los demás), las empresas cualquiera que sea su ámbito de trabajo (en nuestro caso el agropecuario) pueden maximizar (innovar y/o crecer) su capital intelectual y obtener una ventaja competitiva en su contexto.

En términos "económicos", se considera que el Capital Intelectual por el valor intrínseco que tiene debe ser administrado como un activo, porque tanto quien da como quien recibe el conocimiento y con este desarrolla una habilidad, complementa o fortalece un don o talento, y adquiere la capacidad de generar un producto o prestar un servicio par satisfacer una necesidad, para sí mismos y para otros, entonces este conocimiento le habrá dado a sus receptores la capacidad de producir ingresos, por la venta de sus productos o la prestación de sus servicios. Y por la misma razón es que el Capital Intelectual se considera uno de los activos más valiosos con los que cuenta una persona o una empresa, ya que su correcta gestión puede generar ventajas competitivas significativas, tanto para quienes lo ofrecen como para quienes lo reciben.

Debe hacerse una claridad importante y es que, no debemos confundir el Capital Intelectual, con la Propiedad Intelectual.

Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI o WIPO, por sus siglas en inglés), la Propiedad Intelectual se define como el derecho de explotación exclusiva sobre las obras literarias (conocimiento letrado, o conocimiento que se transmite por escrito o incluso en audiolibros) o sobre las obras artísticas (creaciones o composiciones que una persona produce a partir de sus conocimientos aprendidos, como los poemas, las canciones o la música, las pinturas, las películas o videos, y todo lo que se produce mediante el desarrollo de los dones, talentos, habilidades o capacidades en el ámbito de las artes), que la ley reconoce a su autor durante un cierto plazo. También es mundialmente conocido como los Derechos Reservados de Autor (D.R.A.).

Y es interesante notar en esta definición que, por una parte, se trata de un conocimiento o arte protegido por ley y que por lo tanto quien lo comparte de forma indebida se expone a una demanda y a la vez a una sanción, penalización o acción legal, por violación de la ley de protección de la propiedad intelectual, pero además, demuestra su falta de respeto, su falta de ética y su falta de consideración al no valorar el trabajo del autor y compartirlo sin su debida autorización o retribución. Y por otra parte, también es interesnte notar que si bien este producto o servicio protegido por las leyes, le otorga a su autor una propiedad y exclusividad de la que se beneficia pero por un tiempo limitado, que suele ser inferior a 100 años (alrededor de 95). Lo que confirma que finalmente cualquier conocimiento "nuevo", incluso el que se ampara como propiedad intelectual, en un momento dado pasa a ser de dominio público.

Entre tanto que, el Capital Intelectual que poseemos las personas o empresas, y que no siempre está necesariamente amparado por derechos de autor, a su vez es contratado o adquirido por otras personas o empresas que lo requieren, y de lo cual también se benefician. Por lo que el activo de Capital Intelectual como tal puede englobar o incluir, pero no siempre, otros activos intangibles como la propiedad intelectual, la tecnología, la cultura corporativa y las relaciones laborales, entre otros.

Algo muy importante a destacar desde una mirada empresarial o de la economía es que, a diferencia de otros recursos, como el capital financiero o los activos físicos, el Capital Intelectual no se agota con el uso, sino que tiende a aumentar y multiplicarse cuando se comparte y se pone en práctica. Y este es uno de los valores más importantes que reconocemos en PARTNER CEG a cerca del capital intelectual que administramos, tanto el que producimos como el que nos aportan nuestros PARTNERS de la comunidad, y es por eso que lo compartimos, para que se ponga en práctica, se aumente y se multiplique.

El concepto de Capital Intelectual se basa en la idea de que el conocimiento y las habilidades de las personas que lo tienen (por ejemplo los empleados de una empresa) son clave para el éxito y la sostenibilidad de una organización o empresa, tanto como de una comunidad (o en nuestro ámbito, de un establecimiento y negocio agropecuario). Las personas que forman parte del equipo de trabajo poseen experiencias, ideas, información y perspectivas únicas que en conjunto pueden contribuir al desarrollo de nuevas soluciones, productos y servicios. Esto también es uno de los valores más importantes que reconocemos en PARTNER CEG acerca del capital intelectual, y por eso es que estamos convencidos de que lo ejor que podemos hacer con nuestro capital intelectual es compartirlo con toda nuestra comunidad y así poder trabajar juntos por una mejor agricultura y ganadería en todo el planeta.

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