Ganadería y Agricultura, en deuda con el ambiente

Ganadería y Agricultura, en deuda con el ambiente

 

ESTADÍSTICAS AMBIENTALES

EMISIONES GENERADAS POR LA AGRICULTURA Y LA GANADERÍA

Según FAO, agricultura y ganadería “se rajan” de nuevo en sus estadísticas ambientales

Por: Red de Profesionales CEG Internacional (PARTNER CEG)

 

La División de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAOSTAT), actualizó y publicó en Diciembre de 2020 su informe más reciente sobre su resumen analítico a cerca de las “tendencias mundiales, regionales y nacionales 2000-2018” para las emisiones de gases con efecto invernadero generadas por el sector agropecuario. Y lamentablemente las cifras de nuevo no favorecen en nada a la agricultura y a la ganadería.

No existen estadísticas fidedignas que midan el crecimiento de la Agricultura y Ganadería Sostenibles y/o Regenerativas en el mundo, no se sabe exactamente cuántas unidades de producción (llámense fincas, ranchos, campos, chacras, parcelas, establecimientos, etc.) trabajan hoy en el planeta las prácticas ecológicas para la gestión de la producción agropecuaria. Pero es fácilmente notable el crecimiento que ha tenido y el interés que ha despertado año tras año entre agricultores y ganaderos los modelos de producción con impacto ecológico positivo.

 

Datos del Instituto Savory sobre su impacto regenerativo al 2020 

Tan solo la Red Global del Instituto Savory (definidos a sí mismos como una comunidad global que trabaja para promover la agricultura regenerativa) en su reporte anual 2019-2020 indican que concluyen el año 2020 registrando 47 Hubs (centros de capacitación, aprendizaje y demostración, eventos, proyectos especiales, consultoría, investigación e intercambio de experiencias sobre gestión holística de la tierra, los recursos y las comunidades, para una agricultura y ganadería regenerativas), con más de 12.600 personas entrenadas y 13.375.000 hectáreas influenciadas. Si bien esta es una estadística oficial del impacto que el Instituto Savory está logrando por su parte, hace falta disponer de las demás estadísticas que indiquen cuántos productores regenerativos que no están dentro de la estadística del Instituto, existen actualmente en el mundo, pero al menos sirve de referencia del crecimiento que está aconteciendo en el ámbito global.

 

Datos del MAG Costa Rica sobre su impacto regenerativo al 2020 

También podemos citar casos puntuales como el de Costa Rica, que emprendió en el año 2014 su camino hacia la Ganadería Carbono Neutral mediante el cumplimiento de las Acciones Nacionalmente Apropiadas para la Mitigación del Cambio Climático (NAMA) implementando el Pastoreo Racional Voisin (PRV) como herramienta fundamental, e inició con un piloto de entre 90 y 100 fincas ganaderas, más en el informe titulado “Metodología de medición, reporte y verificación de las NAMA para la ganadería bovina – período 2019-2020” del Ministerio de Agricultura y Ganadería, registra un crecimiento próximo a las 300 fincas ganaderas participando del programa influenciando más de 7.500 Ha, de las cuales más del 90% a su vez registran un promedio del 34% de cobertura boscosa no pastoreable, además de un promedio de 26 árboles por hectárea en el área cubierta de pasturas (árboles dentro de los potreros de pastoreo), y en general remueven cerca de 90 toneladas/Ha de carbono orgánico en los primeros 30 cm de suelo que corresponden a un 63% de sus propias emisiones. Cabe destacar que aún el programa está en etapa temprana de desarrollo, y ya se registra que de las 8 regiones en que se subdivide el país hay al menos una región con un balance neto a favor que registra -13 ton de emisiones, lo que significa que tiene mayor tasa de reducción de emisiones de las que emiten, y se espera que en los próximos años se logre este mismo resultado en todas las regiones. Esto es así, incluso a pesar de que no todas las fincas ganaderas en cada región están implementando las NAMA, por lo que se espera que en la medida que más fincas se vayan incorporando, el resultado será más positivo.

 

Datos del Sector Orgánico sobre su impacto regenerativo al 2020 

De otro lado, según el informe anual “The World of Organic Agriculture. Statistics & Emerging Trends 2020” (El mundo de la agricultura orgánica. Estadísticas y tendencias emergentes 2020) publicado por el Instituto para Investigación de la Agricultura Ecológica, Suiza (FiBL) y la Federación Internacional de los Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM), hasta el año 2018 (últimos datos actualizados) se registraron 71,45 millones de hectáreas certificadas y en transición, alcanzando el 1,5% del total de tierras productivas. Se estima que en esta actividad participan 2,79 millones de productores, de los cuales alrededor del 80 % se encuentran en países en vías de desarrollo en los continentes de Asia, África y América Latina.

 

Documentales con impacto regenerativo en 2020

Y si de citar referencias sobre el creciente interés por el impacto ecológico de la agricultura y la ganadería se trata, no podemos omitir mencionar que en 2020 se han publicado tres nuevos video-documentales relacionados con este asunto, que han sido masivamente vistos: 1.- Kiss The Ground (Besa el Suelo) lanzado en el mes de Septiembre a través de YouTube con más de 5100 vistas y que se puede encontrar en la popular plataforma de Netflix; 2.- Return to Eden (Retorno al Edén), lanzado también en septiembre a través de YouTube y que ya sobrepasa las 20.300 vistas; y 3.- en el mes de Noviembre fue lanzado a través de una plataforma de acceso por contribución el documental Sacred Cow (la Vaca Sagrada), que también ha sido visto por miles de personas, y apenas esta semana (la primera del mes de enero 2021) ha sido relanzado internacionalmente para más de una decena de países. Los tres documentales plantean argumentos similares a cerca de la importancia de las prácticas agropecuarias regenerativas como solución al cambio climático reduciendo emisiones, y al papel esencial del ganado para la restauración de los suelos y la recuperación de los ecosistemas.

 

Los agroproductores regenerativos aún no somos mayoría 

Los mencionados antes son apenas algunos de los referentes y datos que podemos mencionar, puesto que también hay evidencias más que suficientes para afirmar que la producción agropecuaria ecológica, sostenible y/o regenerativa ha crecido significativamente en el presente siglo. Millones de hectáreas están siendo trabajadas de esta manera en el mundo de hoy, y miles de personas estamos más conscientes y a la vez absolutamente convencidos de que la agricultura y la ganadería deben estar completamente alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las estrategias NAMA que ha planteado FAO, y que las prácticas regenerativas para la gestión holística de los recursos naturales renovables y no renovables garantizan que cumplamos con tales propósitos. Pero aun así somos todavía muy pocos en comparación con la producción agropecuaria que se mantiene con las prácticas tradicionales y el otro tanto que se ha dedicado a la producción industrial intensiva, quienes en conjunto nos superan por mucho en cantidad y sobre todo en el impacto negativo que generan sobre el medio ambiente.

 

Estadísticas ambientales que desprestigian el uso agropecuario de la tierra

En el informe de diciembre de 2020 publicado por FAOSTAT se destacan los siguientes datos:

  • En 2018, las emisiones globales debidas a la agricultura (incluyendo la ganadería) fueron de 9,3 mil millones de toneladas equivalentes de CO2 (CO2eq)
  • Las emisiones de metano y óxido nitroso de las actividades agrícolas y ganaderas contribuyeron con 5.300 millones de toneladas de CO2eq en 2018, lo que representa un crecimiento del 14 por ciento desde 2000
  • Las emisiones en las explotaciones agrícolas estuvieron dominadas por los procesos de producción ganadera, como la fermentación entérica y la deposición de estiércol en los pastizales, que en conjunto generaron 3.000 millones de toneladas de CO2eq en 2018.
  • Las emisiones de uso de la tierra y cambios de uso de la tierra fueron de 4 mil millones de toneladas de CO2eq en 2018, causadas principalmente por la deforestación (2,9 mil millones) y el drenaje y la quema de suelos orgánicos (mil millones). Disminuyeron globalmente en un 20 por ciento desde 2000.
  • Mientras que las emisiones de la deforestación disminuyeron, las del drenaje y los incendios de suelos orgánicos aumentaron casi un 35 por ciento desde 2000
  • En África, las emisiones en las explotaciones agrícolas y las relacionadas con la tierra aumentaron durante todo el período 2000-2018.

 

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Figura 1. Emisiones anuales de las actividades agrícolas (cultivos y ganado) y el uso de la tierra relacionado (en millones de toneladas de CO2eq por año) y relación anual (en porcentaje) de las emisiones de GEI agrícolas y mundiales de todos los sectores, 2000-2018. Ganadería está representado con las barras de color amarillo, la agricultura con las barras de color azul, y la sombra gris representa las emisiones. Entre 2000 y 2018 las emisiones fueron 14% más altas.

 

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Figura 2. Contribución de las actividades agrícolas y ganaderas al total de emisiones distintas de CO2 de la agricultura en 2018 (5,3 Gt CO2eq).

El color marrón representa las emisiones provenientes del estiércol de animales, y justo debajo los fertilizantes de síntesis representados con color azul. Según las estadísticas los estiércoles contribuyen con 20% de las emisiones mientras los fertilizantes sintéticos contribuyen con 13%. Esta diferencia se explica en que los estiércoles son fuente de emisión en el 100% de las ganaderías, sea cual sea el sistema de producción, mientras los fertilizantes de síntesis no se usan en el 100% de las ganaderías. Desde luego, las emisiones de los estiércoles que generan efecto invernadero provienen solamente de aquellos que no está regenerando suelos debido a la inactividad de los microorganismos sobre ellos para su humificación y conversión a materia orgánica. Entre tanto, el color rojo representa las emisiones provenientes de la fermentación entérica que genera eructos y flatulencias en los rumiantes principalmente, y corresponde a un 39%. Si sumamos las emisiones generadas en los estiércoles con las de la fermentación ruminal (flatos y eructos), el total de emisiones que genera la ganadería en general es de 59%.

 

8402161275?profile=RESIZE_710xFigura 3. Contribución de las actividades al uso total de la tierra agrícola y las emisiones de cambio de uso de la tierra en 2018 (3,9 Gt CO2eq)

El negocio de la madera y demás recursos forestales, así como el de la expansión de la agricultura industrial, entre otros intereses para la explotación de los bosques, sigue siendo una causa severa de deforestación en tales tierras (74%). Cuando estas áreas son totalmente deforestadas, se convierten en tierras de agricultura y ganadería. Luego se les culpa de toda esta deforestación, a pesar de no ser la causa directa. El drenaje de los suelos orgánicos y los incendios son en conjunto responsables del otro 26% de las emisiones.

 

Comentarios finales 

Estas estadísticas desfavorecen a la agricultura y a la ganadería por obvias razones. El problema real está en que no todos los sistemas de producción agropecuarios reducen y neutralizan sus propias emisiones. Los sistemas agrícolas y ganaderos no regenerativos y/o no ecológicos, no son sostenibles porque sus emisiones son superiores a sus reducciones, y debido a que siguen siendo los sistemas de producción más usados en el mundo, superando por mucho a los agricultores y ganaderos regenerativos, ecológicos y sostenibles, se siguen reportando estadísticas negativas sobre el impacto ambiental del sector agropecuario. Y así es como la ganadería y la agricultura en general terminan quedando en deuda con el medio ambiente.

Cabe hacer notar, y enfatizar, que esta publicación no ha sido elaborada por ecologistas extremos ni opositores a la ganadería, ni tampoco pretende agredir al sector agropecuario. El propósito de compartir esta información es que hagamos una reflexión introspectiva como agroproductores, ya que las estadísticas se producen y deben ser usadas como indicadores de gestión que nos muestran el resultado de lo que está aconteciendo para que nos autoevaluemos, y podamos seguir corrigiendo y mejorando constantemente nuestras prácticas agropecuarias, haciendo cuanto sea posible por aportar positivamente al planeta y la humanidad desde cada granja.

La Agricultura y la Ganadería Regenerativas como se ilustra en un comienzo, han demostrado ser capaces de revertir esta situación, sin embargo, todavía hay mucho trabajo por hacer, y mucho terreno por conquistar. Será muy complicado atraer a los productores casados con los sistemas tradicionales o con los sistemas industriales e intensivos para que conviertan sus sistemas de producción hacia el manejo regenerativo, pero hay miles de productores en el mundo que realmente no están regenerando sólo por el hecho de que no saben cómo hacerlo, pero que sí estarían de acuerdo en convertirse en productores ecológicos, y es en este segmento en el que deben enfocarse principalmente todos los esfuerzos por hacer que la agricultura y la ganadería en el mundo sean cada día menos contaminantes.

Pero esto no se trata solamente de mirar lo que están haciendo los otros, ni tampoco de tratar de convencerlos sólo con discursos, sino mucho más importante que eso, se trata de hacer lo que a cada uno nos corresponde. No seamos regenerativos de palabrería, sino con hechos. Se convence más con el buen ejemplo. Por eso la invitación que dejamos para concluir, es que cada uno haga un autoanálisis sobre las acciones que está llevando a cabo en su granja, y trate de identificar si todo el trabajo que está haciendo realmente contribuye positivamente con el ambiente, y ubicar todo aquello que todavía hay que seguir corrijiendo y mejorando, para emprender las acciones correspondientes lo antes posible.

Deseamos fervientemente que la ganadería y la agricultura pasen a ser los principales motores de la mitigación del cambio climático global, porque teniendo esta capacidad, no lo somos aún, y no lo vamos a ser hasta cuando los productores regenerativos seamos mayoría. Ánimo, que si se puede!

 

Fuentes de información:

1.- FAO (Conchedda, G. – Tubiello, F. – Pan, X.). Emisiones debidas a la agricultura. Tendencias mundiales, regionales y nacionales 2000-2018. Serie de resúmenes analíticos de FAOSTAT.

2.- Savory Institute. Poised to Leap. Impact Report 2019-2020.

3.- Abarca, S. “Metodología de medición, reporte y verificación de las NAMA para la ganadería bovina – período 2019-2020” (Webinar). Ministerio de Agricultura y Ganadería de Costa Rica

4.- FiBL-IFOAM. Informe anual: “El mundo de la agricultura orgánica. Estadísticas y tendencias emergentes 2020”.

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