CALENTAMIENTO GLOBAL
¡La tierra tiene "fiebre", y está llegando a un grado alarmante!
Advierten que la temperatura de la Tierra se aproxima un punto de crítico de no retorno
El fenómeno llamado Efecto Invernadero que es naturalmente causado por la retención de una parte de la radiación térmica emitida por la superficie terrestre tras ser calentada por el sol y que en condiciones normales debería resultar beneficioso para el planeta regulando la temperatura de la tierra y manteniéndola en un nivel adecuado para el desarrollo de la vida, suele ser el resultado de las emisiones y concentración de gases en la atmósfera entre los que se destacan el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O). Pero, cuando estos gases exceden su nivel adecuado como consecuencia del aumento en sus emisiones (sea cual sea la fuente de la que provengan) causado por acciones humanas, la retención de la radiación térmica solar en el globo terrestre también aumenta, y esto es lo que produce el calentamiento global.
Lo que se espera del calentamiento global en los próximos años
En septiembre de 2019, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) indicó que entre 2020 y 2025 la temperatura media global aumentará "al menos" entre 1.2 y 1.3 grados centígrados por encima del período preindustrial (1850-1900).
En el documento titulado United in Science (Unidos en la Ciencia), un informe elaborado por la OMM, se indica que durante el periodo 2015-2019 (ya reconocido como el más caluroso de la historia), se ha observado un incremento continuo de los niveles de dióxido de carbono (CO2) y de otros importantes gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, que han alcanzado niveles récords: la tasa de aumento del CO2 fue casi un 20% superior a la de los cinco años anteriores. Este gas permanece en la atmósfera durante siglos y aún más tiempo en los océanos.
El Acuerdo de París firmado en 2015 (el más importante al que se hayan suscrito la mayoría de países del mundo en su compromiso de afrontar la lucha contra el cambio climático), estableció como objetivo que el aumento de la temperatura media del planeta en 2100 no debe superar los 2ºC respecto a los niveles preindustriales; aunque los esfuerzos deben encaminarse hacia un incremento medio menor: 1,5 ºC.
En United in Science, se subraya la cada vez mayor distancia que separa a los objetivos que se ha marcado la comunidad internacional para frenar el cambio climático de la realidad de la situación. Por ejemplo, que la temperatura global registrada desde 2015 se encuentra 1,1 grados centígrados por encima de las de la era pre-industrial, y 0,2 grados superior a las anotadas entre 2011 y 2015.
Estas altas temperaturas son las que están llevando a un continuado descenso del hielo marino, a un ritmo de un 12% cada década desde 1979 a 2018. De hecho, detalla el informe, la extensión de hielo marino en periodo invernal ha registrado sus cifras más bajas durante cuatro años consecutivos, desde 2015 a 2019, y la cantidad de hielo derretido en la Antártida se ha incrementado al menos seis veces desde 1979.
Entre tanto, se ha registrado que las emisiones de los principales gases invernadero ha alcanzado nuevos máximos, según indica el mismo informe. En el caso del dióxido de carbono (CO2) sigue aumentando un 1% cada año, alcanzando un 2% en 2018, y pese al extraordinario crecimiento de la energía renovable, los combustibles fósiles siguen dominando el sistema energético global.
El deshielo polar y el aumento del nivel del mar
Aún con las contribuciones planteadas en el Acuerdo de París 2015, reimpulsadas en la Cumbre de Acción Climática de Nueva York 2019, la temperatura media del planeta aumentaría entre 2,9 y 3,4 grados, cuando los expertos estiman que no debería subir más de 1,5 grados. Y para no superar esta cifra, las propuestas de los países para frenar el cambio climático deberían multiplicarse por cinco, dicen los expertos, o como mínimo por tres para que no aumente más de 2 grados.
Como consecuencia del aumento de las altas temperaturas del lustro más reciente, el deshielo polar y el aumento del nivel del mar se ha acelerado desde los 3,04 milímetros por año que se registraron en el periodo 1997-2006 hasta los cerca de 4 milímetros por año desde 2007 a 2016, a la vez que la acidez del océano de ha incrementado un 26% desde el inicio de la era industrial. Esto, además, también significa una considerable emisión de metano a la atmósfera, agravando la situación.
El calentamiento global modificará la tasa de fotosíntesis de las plantas
La fotosíntesis es el fenómeno natural mediante el cual las plantas (sean cuales fueren) utilizan la energía solar para realizar su proceso de síntesis de nutrientes y formación de tejido vegetal. Las plantas capturan también elementos de la atmósfera como el dióxido de carbono (CO2) mismo que usarán para la fotosíntesis, al tiempo que lo intercambian por oxígeno, y así también ayudan a mantener los gases atmosféricos en equilibro. Esto, como es obvio, ocurre durante las horas de luz (fase lumínica de la fotosíntesis), mientras que en las horas nocturnas (fase oscura) las plantas suspenden la síntesis y realizan respiración, obteniendo oxígeno de la atmósfera y emitiendo CO2.
Al mismo tiempo, los organismos vivos del suelo usan los desechos orgánicos como sustrato para su alimentación y producen materia orgánica que le da fertilidad al suelo. Para la formación de 1 kg de materia orgánica es necesario fijar de la atmósfera 3,67 kg de carbono (C). El carbono orgánico del suelo (COS) es un componente importante del ciclo global del C, ocupando un 69,8% del C orgánico de la biosfera (según FAO, 2001). El suelo puede actuar como fuente o reservorio de C dependiendo de su uso y manejo (Lal et al., 1990, Lal, 1997).
Así las cosas, las plantas emiten CO2 a la atmósfera durante la fase de respiración, mientras los suelos emiten CO2 a la atmósfera cuando se alteran de cualquier manera, se erosionan y/o se degradan; pero al mismo tiempo la actividad de las plantas terrestres (en especial al hacer fotosíntesis) y también los microbios del suelo (al formar materia orgánica) se han encargado durante toda su existencia de capturar CO2 (lo que se conoce como reducción de CO2 atmosférico y es el efecto literalmente opuesto a las emisiones), al realizar gran parte de la “respiración” de la Tierra, que es el intercambiando de dióxido de carbono y oxígeno, y de esta forma mantener el equilibrio. Durante milenios, la biosfera generalmente ha absorbido más carbono del que ha liberado, lo que ayuda a mitigar el cambio climático.
Sin embargo, lo que preocupa ahora es, que según expertos en la materia, el calentamiento continuo del globo terrestre causado por la intensificación del efecto invernadero, hará que las tasas de fotosíntesis disminuyan mientras que las tasas de respiración aumentan exponencialmente. En consecuencia también habría una reducción de la formación de materia orgánica del suelo, al disponer de menos sustrato (desechos orgánicos de la naturaleza). Por lo tanto, la capacidad de las plantas y del suelo para absorber un tercio de las emisiones de CO2 de origen humano se reduciría a la mitad en dos décadas al ritmo actual de calentamiento global.
El sobrecalentamiento de la tierra podría llegar a un punto de no retorno
Un equipo de científicos e investigadores de la Universidad del Norte de Arizona, USA (North Arizona University - NAU), así como del Centro de Investigación Climática Woodwell (USA) y la Universidad de Waikato (Nueva Zelanda), utilizando más de dos décadas de datos de torres de medición en todos los biomas importantes del mundo, han identificado un punto crítico o umbral de inflexión de temperatura más allá del cual la capacidad de las plantas para capturar y almacenar carbono atmosférico se ralentiza mientras la liberación de carbono se acelera.
De esta manera, la esperanza puesta en las plantas como “sumidero del carbono terrestre” disminuiría en la medida que la temperatura global continúe aumentando. Los hallazgos se publican en Science Advances.
La autora principal del estudio, Katharyn Duffy, investigadora postdoctoral en NAU, notó fuertes disminuciones en la fotosíntesis por encima de este umbral de temperatura en casi todos los biomas del mundo, incluso después de eliminar otros efectos como el agua y la luz solar.
Este estudio es el primero en detectar un umbral de temperatura para la fotosíntesis a partir de datos de observación a escala global. Si bien los umbrales de temperatura para la fotosíntesis y la respiración se han estudiado en el laboratorio, los datos de este estudio brindan una ventana a lo que los ecosistemas de la Tierra están experimentando realmente y cómo están respondiendo.
La fiebre que padece la tierra estaría llegando a un grado alarmante
“La Tierra tiene una fiebre en constante crecimiento y, al igual que el cuerpo humano, sabemos que cada proceso biológico tiene un rango de temperaturas en las que se desempeña de manera óptima y por encima de las cuales la función se deteriora”, dijo Duffy en un comunicado. “Entonces, queríamos preguntar, ¿cuánto pueden soportar las plantas?”.
“Sabemos que la temperatura óptima para los humanos se encuentra alrededor de 37 grados Celsius, pero nosotros en la comunidad científica no sabíamos cuáles eran esos óptimos para la biosfera terrestre”, dijo Duffy.
Duffy se asoció con investigadores de Woodwell Climate y la Universidad de Waikato, quienes recientemente desarrollaron un nuevo enfoque para responder a esa pregunta: la Teoría de la tasa macroMolecular (MMRT). Con su base en los principios de la termodinámica, MMRT permitió a los investigadores generar curvas de temperatura para cada bioma importante y el mundo.
Los resultados fueron alarmantes. Los investigadores encontraron que los “picos” de temperatura para la absorción de carbono --18 grados C para las plantas C3 más extendidas y 28 grados C para las plantas C4-- ya se están superando en la naturaleza, pero no vieron ningún control de temperatura en la respiración.
Esto significa que en muchos biomas, el calentamiento continuo hará que la fotosíntesis disminuya mientras que las tasas de respiración aumentan exponencialmente, inclinando el equilibrio de los ecosistemas desde el sumidero de carbono hasta la fuente de carbono y acelerando el cambio climático.
“Los diferentes tipos de plantas varían en los detalles de sus respuestas de temperatura, pero todas muestran disminuciones en la fotosíntesis cuando hace demasiado calor”, dijo el coautor de NAU, George Koch.
En este momento, menos del 10% de la biosfera terrestre experimenta temperaturas más allá de este máximo fotosintético. Pero a la tasa actual de emisiones, hasta la mitad de la biosfera terrestre podría experimentar temperaturas más allá de ese umbral de productividad para mediados de siglo, y algunos de los biomas más ricos en carbono del mundo, incluidas las selvas tropicales del Amazonas y el sudeste asiático y el Taiga en Rusia y Canadá, será de los primeros en alcanzar ese punto de inflexión.
“Lo más sorprendente que mostró nuestro análisis es que la temperatura óptima para la fotosíntesis en todos los ecosistemas era muy baja”, dijo Vic Arcus, biólogo de la Universidad de Waikato y coautor del estudio. “Combinado con el aumento de la tasa de respiración del ecosistema a través de las temperaturas que observamos, nuestros hallazgos sugieren que cualquier aumento de temperatura por encima de los 18 grados C es potencialmente perjudicial para el sumidero de carbono terrestre. Sin frenar el calentamiento para permanecer en o por debajo de los niveles establecidos en el acuerdo del clima de París, el sumidero de carbono de la Tierra no continuará compensando nuestras emisiones y no nos dará tiempo”.
¿Cómo podrán contribuir la ganadería y la agricultura para evitar llegar al punto crítico?
A pesar que la ganadería suele ser culpada de calentar el planeta, en realidad existe una ventana de oportunidad para que ocurra exactamente todo lo opuesto, es decir, que la ganadería y la agricultura ayuden a enfriar el planeta y contrarestar la fiebre que padece.
Es importante advertir que los modelos de ganadería y agricultura basados en tecnologías industriales de producción intensiva, que acuden a la deforestación de los ecosistemas de bosque, y erosionan la tierra con arados recurrentes, y hacen uso de químicos y venenos para la producción vegetal, y reemplazan totalmente la vegetación natural por especies foráneas, entre otras prácticas que claramente agreden, exponen y degradan la tierra, así como aquellos otros sistemas que encierran grandes cantidades de animales en establos y alimentan a base de balanceados elaborados a partir de materias primas provenientes de la agricultura intensiva e industrial, claramente están transitando una vía que facilita la emisión de gases con efecto invernadero y contribuyen con el sobrecalentamiento de la tierra. Desde luego, son modelos muy inconvenientes ambientalmente.
«« Pero, los sistemas de producción agropecuaria basados en la reforestación, que no usan el fuego para incendiar los ecosistemas, ni recurren a los arados para labrar la tierra, ni erradican la vegetación nativa sino que la conservan, y que emplean técnicas para la cosecha de agua lluvia favoreciendo su infiltración en los suelos y la formación de depósitos que ayudan a recuperar la humedad de los ecosistemas, y en general recurren a prácticas que permiten al suelo y las plantas reducir el carbono atmosférico, entre otras múltiples e incalculables bondades, no solo ayudan a reestablecer ecosistemas sino que a la vez contribuyen con el hecho de equilibrar nuevamente el efecto invernadero y con ello a mitigar el calentamiento global y sus efectos. Por esto se le ha llamado genéricamente como Ganadería y Agricultura Regenerativas. »»
Los ganaderos tenemos entonces un rol fundamental para ayudar al mundo a evitar llegar a un punto de no retorno en cuanto al calentamiento global. Pero el tiempo es el enemigo número uno, porque para lograr este objetivo habría que lograr que la mayoría de ganaderos y agricultores en el mundo se comprometan a adoptar el modelo regenerativo. Una tarea titánica, pero que no es imposible. Si tan sólo tú te convences y ayudas a que tus colegas más cercanos también hagan consciencia, y empiecen a trabajar de la manera correcta, con seguridad podremos avanzar más pronto.
FUENTES DE INFORMACIÓN
1.- Martínez E., Fuentes JP., Acevedo E. Carbono Orgánico y propiedades del suelo. Revista de la ciencia del suelo y nutrición vegetal. Vol. 8 N°1 – Temuco, Chile 2008
2.- Pinheiro Machado, LC (Brasil). Pastoreo Racional Voisin: Tecnología Agroecolígica para el Tercer Milenio. Sección: PRV protege el ambiente, secuestra carbono a tasas altas y controla la erosión. Editorial Hemisferio Sur, Argentina. 2006
3.- Revista Semana. Noticia/Tendencias: Advierten que la temperatura de la Tierra se aproxima a un punto de crítico de no retorno. Enero de 2021.
4.- DiChiara A. Noticia: Expertos avisan de que la Tierra podría alcanzar un 'punto de no retorno' para 2035 si no se frena el cambio climático. Europa Press (sección ciencia plus - cambio climático). Agosto de 2018.
