Ganadería Planificada (Parte 2):
¡Convierte tu idea en un plan!
Por: Zoot. Esp. Michael Rúa Franco
¿Por qué no estamos planificando la ganadería?
Para ser muy sincero, debo comenzar por poner en evidencia que los productores agropecuarios en general suelen carecer de una verdadera Cultura Empresarial. Yo se lo atribuyo a que nuestra actividad no suele iniciar como inicia cualquier otro tipo de negocio, sino que en su mayoría se da por relevo generacional, los hijos la heredan de sus padres, mientras otros que son minoría lo han iniciado porque les gusta o atrae el campo, tienen la oportunidad de invertir en una tierra, y hasta lo ven como un plan de retiro, anhelando una vida más tranquila después de dedicar la mayor parte de su vida a la agitada y agotadora manera de vivir en las ciudades. De hecho, así es como me lo plantean muchos de los asesorados a quienes hemos apoyado en sus proyectos: Cuando me jubile, quiero irme a vivir a la finca y dedicarme a eso por el resto de vida.
He podido darme cuenta de que sólo cuando se trata de una persona que se hizo profesional en áreas de la ingeniería o de la economía o de la administración de empresas, o áreas relacionadas, intentan aplicar sus conocimientos y experiencia en la planeación de su proyecto agropecuario, y aun así, para quienes no son de “cuna rural”, se les hace difícil planificar sus proyectos porque les hace falta el conocimiento y la experiencia de la vida de campo y de los negocios agropecuarios.
Entonces tenemos dos situaciones aquí: la mayoría de la gente de campo suele carecer de conocimientos, experiencia y cultura empresarial, mientras que la gente con cultura empresarial suele carecer de conocimientos, experiencia y cultura de la vida rural y las actividades agropecuarias. Por lo tanto, es entendible y hasta normal que para ambas partes sea difícil planificar y realizar un proyecto agropecuario empresarialmente.
Algunos conocen la historia detrás de Cultura Empresarial Ganadera. A comienzos de siglo XXI fundamos esta institución con el propósito de proveer al productor agropecuario justamente de los conocimientos necesarios para incorporar la cultura empresarial en sus actividades rurales y/o agropecuarias, lo cual hemos venido haciendo durante casi dos décadas a través de la asesoría personalizada y de la capacitación (cursos, seminarios, talleres, escuelas, etc.). Más de 10.000 personas han participado de nuestros cursos y asesorías en más de 17 países, tanto de manera presencial como a través de los medios virtuales.
Y aunque esta parece una cifra elevada, en realidad es una muy pequeña minoría si se compara con la cantidad de personas que se dedican a las labores agropecuarias en todo el planeta (a 2,020 se registra que un total de 2,5 billones de seres humanos dependen directamente de las actividades agropecuarias). Y no puedo asegurar que el 100% de las personas a las que hemos capacitado y asesorado, estén aplicando la cultura empresarial en sus actividades agropecuarias en particular, porque nosotros proveemos el conocimiento y las herramientas, pero depende de cada quien aplicarlas y hacerlo de la manera apropiada para tener éxito, sobre todo cuando deciden hacerlo por sus propios medios sin ningún apoyo profesional.
Esclavos del empirismo, la intuición y la improvisación
Dada la forma en que nos hemos involucrado con las actividades agropecuarias, y repito y reafirmo, esto casi siempre por herencia familiar o por gusto y atracción, careciendo casi siempre de cultura empresarial, los productores agropecuarios somos muy dados a dejarnos llevar por el empirismo y la intuición tanto en la manera como tomamos decisiones, como en la manera como administramos el negocio agropecuario. Una expresión bastante coloquial lo describe así: “La ganadería y la agricultura son negocios habitualmente manejados con economía de bolsillo”.
Esto significa, entre otras cosas, que no tenemos por hábito aplicar herramientas empresariales para la administración de nuestros negocios agropecuarios, las decisiones se improvisan a diario como reacción a una necesidad sentida o a la presión ejercida por situaciones que requieren atención prioritaria como la presentación imprevista de algún problema, conflicto o dificultad, o solo por el hecho de ocupar el día en algo que había que hacer sin tanta urgencia pero que por atender otras prioridades se ha ido quedando relegado.
Al final del día queda el cansancio habitual de pasar todo el día ocupados, las preocupaciones de lo que hace falta por hacer y el día no nos alcanzó, y el sin sabor de que aunque sentimos que ya hemos hecho mucho pero no se ve reflejado en nuestra calidad de vida o ganancias. Hacemos y hacemos todos los días más y más tareas o actividades, invertimos permanentemente más dinero, pero como que no se percibe el progreso ni la rentabilidad esperada. Para decirlo en una sola frase: ¡Parecemos esclavos del empirismo, la intuición y la improvisación!
Los empresarios exitosos planifican sus proyectos
Un empresario de cualquier otra índole (no del ámbito agropecuario), en cambio si tiene el buen hábito, la prudencia y el gusto para planificar meticulosamente su negocio: lo que hará, cómo lo hará, cuándo lo hará, dónde lo hará, por qué o para qué lo hará, para quién lo hará, con qué lo hará, con quién lo hará o quiénes se encargarán de hacerlo, y cuánto tiempo le tomará llevarlo a cabo, así como el tiempo en el que espera beneficiarse de los resultados pretendidos. Trabajará incluso en varias posibles alternativas para cumplir sus objetivos y alcanzar su meta, y aplicará primeramente lo que sabe que puede hacer y que le proveerá sus primeros beneficios. Tendrá trazada la ruta a seguir desde antes de empezar a transitarla, y se mantendrá sobre esa ruta para no extraviar su camino hasta tanto consiga todo lo que se propuso.
Recordemos que en el blog anterior en el que hablé acerca de que tener una idea no es tener un plan, indiqué que nos la pasamos ejecutando ideas improvisadas día tras día, pero pocas veces o casi nunca nos guiamos por un plan en el que hayamos preestablecido la ruta a seguir y todos los por menores de los que acabo de mencionar que cualquier empresario se toma el trabajo de planear, excepto los ganaderos que no desarrollamos los buenos hábitos del empresario. Y sobre esto quiero hacer dos importantes observaciones adicionales:
En primer lugar, no es bueno poner por delante las excusas, porque estas son las que terminan convertidas en obstáculos para nuestro progreso. Dejemos entonces de lado las excusas, y aceptemos que necesitamos ser más organizados en nuestra labor. No tratemos de encontrarle los mil problemas, conflictos o dificultades al buen hábito de planificar el trabajo. No le tratemos de ver los muchos problemas a la solución, sino las muchas soluciones al problema.
Y en segundo lugar, quiero aclarar que ser empresario no es ser un capitalista adinerado que todo lo resuelve con dinero. La palabra empresario procede de la palabra empresa, que a su vez se define como la acción o tarea que entraña esfuerzo y trabajo (nótese que no tiene que ver como tal con la cantidad de dinero que podamos invertir en la actividad o tarea a realizar). Hemos mal interpretado, como ocurre con muchas otras cosas, lo que en realidad es tener una empresa y ser un empresario. El empresario es quien se hace cargo de una empresa, y la empresa es como tal una actividad o tarea (o el conjunto de ellas) para obtener productos o prestar servicios con el propósito de beneficiar a alguien (una comunidad, un sector, etc).
De la misma raíz entonces podemos deducir que procede la palabra emprendedor, la cual podemos definir como: Aquella persona que tiene decisión e iniciativa para realizar acciones que son difíciles o entrañan algún riesgo, o que establece y desarrolla una empresa o negocio.
Así pues, cuando decidimos involucrarnos o hacernos cargo de las tareas y actividades implícitas en la responsabilidad diaria de cuidar y hacer producir la tierra, los cultivos y los animales, con el propósito de beneficiar a la humanidad con los productos comestibles y no comestibles que derivan de esta actividad, y que por consecuencia obtenemos ingresos, al momento de comenzar con ello estamos siendo emprendedores y a la vez empresarios del negocio agropecuario. El fin último no es el dinero, porque si así fuese, muchos ya habrían abandonado estas actividades. El fin último siempre está en el servicio que prestamos a la humanidad desde nuestra labor diario en el campo. Y esto no es una responsabilidad pequeña así que mientras mejor lo hagamos será también mejor para todos los beneficiados, incluyéndonos.
En otras palabras, lo que hacemos debemos hacerlo con excelencia. Porque si apenas lo vamos a hacer bien, tal vez nos vaya apenas bien. Pero si lo hacemos excelente, con seguridad nos irá mejor. En una sola palabra, podríamos hablar de no hacerlo con mediocridad, sino poniendo todo de nuestra parte para que se haga de la mejor manera posible siempre.
Convierte tus ideas en TU PLAN DE VIDA
Mencioné en el blog anterior que todas las ideas que se nos ocurren a diario para llevar a cabo en nuestra actividad agropecuaria son siempre todas muy valiosas, y que por ello no debemos dejarlas pasar, no debemos olvidar ninguna, no debemos dejarlas perder. Pero, se hace necesario evaluarlas minuciosamente para que podamos descartar las inviables o inconvenientes, y establecer un orden de prioridades para todas las que son viables, de modo que nos ocupemos de ir atendiendo una a una en su orden más conveniente, según su prioridad y viabilidad.
Para conseguir este grado de excelencia en nuestra empresa agropecuaria debemos trabajar en dos tipos de planeación, que no debemos confundir entre sí (suele ocurrir), y que determinarán la manera como debemos llevar a cabo nuestro trabajo de rutina, siempre con el enfoque de lograr todos nuestros objetivos, en el momento oportuno, para ir tras la meta mayor que nos hayamos propuesto para el proyecto agropecuario con el que cada uno realizará su sueño o deseo, o para llamarlo como se debe, en la realización de su PLAN DE VIDA.
Estos dos tipos de planeación son herramientas clásicas de la moderna manera de emprender un negocio de cualquier índole. Y que bien podemos y debemos apropiar en cada proyecto agropecuario del que nos ocupamos. Estas herramientas son: El Plan de Negocios y la Planeación Estratégica. En nuestro programa de acompañamiento profesional a distancia para productores agropecuarios (PARTNER PRO), estamos trabajando ambas herramientas con cada afiliado. Nosotros proporcionamos el conocimiento y las pautas para que cada uno elabore el suyo propio y les acompañamos después, ya sea a distancia o de manera presencial, durante su implementación.
A continuación detallaré los componentes de cada herramienta:
COMPONENTES DEL PLAN DE NEGOCIO
1.- Estructura ideológica. Incluye el nombre de la empresa, así como la misión, visión, valores y una descripción de las ventajas competitivas del negocio
2.- Estructura del entorno. Se fundamenta en un análisis de las fortalezas y debilidades de la empresa, así como del comportamiento del sector en el que se desarrolla, tendencias del mercado, competencia y clientes potenciales
3.- Estructura mecánica. Aquí se enlistan las estrategias de distribución, ventas, mercadotecnia y publicidad, es decir, qué acciones hay que ejecutar para lograr el éxito de la idea de negocios.
4.- Estructura financiera. Este punto es esencial pues pone a prueba –con base en cálculos y proyecciones de escenarios– la viabilidad de la idea, hablando en términos económicos, y si generará un margen de utilidad atractivo.
5.- Recursos humanos. Ayuda a definir cada uno de los puestos de trabajo que se deben cubrir y determina los derechos y obligaciones de cada uno de los miembros que integran la organización. No importa si estás arrancando tú solo, esto será tu base para asegurar el crecimiento de tu empresa.
Contrario a lo que imaginan algunos emprendedores y la mayoría de productores agropecuarios, elaborar y desarrollar un plan de negocios resulta menos complicado de lo que parece. Si bien cada proyecto es diferente, porque todos sus componentes cambiarán en dependencia de quién o quiénes y dónde se va a realizar, todo parte de tener una idea principal que determina el horizonte de cada proyecto según su meta principal, que se debe establecer fundamentalmente por escrito con base en estos cinco puntos básicos que he indicado.
Para un productor agropecuario que no esté habituado a la cultura empresarial, es normal que se le dificulte entender algunos conceptos y de ahí la necesidad de apoyarse en alguien que lo pueda capacitar, asesorar o guiar en la planeación de su proyecto. Repito, no es algo difícil, pero si no se ha hecho nunca, y no se tiene el conocimiento, es mejor permitir la ayuda de un orientador. Al fin y al cabo, las ideas son la materia prima, y cada productor las tiene y no sólo una sino muchas, y quien posee el conocimiento empresarial pero no tiene el conocimiento agropecuario también con seguridad podrá tener excelentes ideas que debe aterrizar con la guía de quien posee el conocimiento y experiencia que le hace falta. Todo se trata de convertir las ideas en un plan. Y nadie mejor para hacerlo que quien tienes las ideas dejándose orientar en su planeación.
Ahora bien, como ya advertí, un PLAN DE NEGOCIO no es lo mismo que un PLAN ESTRATÉGICO. Así que paso a detallar también a continuación los componentes de este otro.
COMPONENTES DEL PLAN ESTRATÉGICO
1.- Análisis del entorno: consiste en entender el mercado.
1.1.- Analiza los aspectos Políticos. Que posibles implicaciones políticas pueden afectar el negocio, la industria el sector.
1.2.- Analiza aspectos Económicos. ¿Cuál es el desempeño de la economía? ¿Cómo impacta el cambio de tasa respecto a otras monedas? ¿Qué tasa de crecimiento están teniendo el mercado? ¿Cómo afecta esto? ¿Qué cifras económicas impactan al desarrollo del negocio?
1.3.- Analiza aspectos Sociales. ¿Cuáles son las tendencias sociales? ¿Qué está pensando la gente? ¿La gente joven? Entender hacía dónde van las masas y como está funcionando sus procesos de toma de decisiones.
1.4.- Analiza aspectos Tecnológicos. ¿Qué tecnología puede impactar al modelo de negocio positiva o negativamente? ¿Hay tecnología inexistente o muy costosa que impida el desarrollo del negocio? ¿La adopción tecnológica por parte de usuarios o clientes potenciales es un desafío?
1.5.- Analiza aspectos Ambientales. ¿El modelo de negocio puede afectar el medio ambiente o es responsable con el medio ambiente, o inclusive tiene un impacto positivo? ¿Cómo el clima, las estaciones etc., pueden afectar el negocio?
1.6.- Analiza aspectos Legales. ¿Qué normatividad debe cumplir el negocio? ¿Qué normatividad requiere que cambie? ¿Cómo posibles leyes y normas en el país de operación o países en el exterior pueden afectar el desarrollo del negocio?
2.- Validar los enunciados estratégicos del Plan de Negocios (Misión, Visión, Valores)
3.- Definir objetivos estratégicos en relación con: Finanzas, Clientes, Procesos, Personas
4.- Formular las metas: definir un indicador y una meta para cada objetivo y su correspondiente periodicidad
5.- Definir y priorizar las iniciativas estratégicas. Cada objetivo de contar un programa de acción que tenga un presupuesto asignado, priorizando en los de mayor impacto y menor costo
6.- Ejecutar las iniciativas. Implica desarrollarlas a cabalidad, midiendo su impacto en los indicadores y el cumplimiento de las metas.
7.- Aprender y ajustar. El mercado y las necesidades de los clientes cambian, las regulaciones y normas varían, diariamente nacen nuevas tecnologías y los intereses sociales evolucionan. Es por esto que la ejecución de los planes estratégicos puede requerir de ajustes periódicamente.
Al final del día la estrategia se ejecuta día a día. El resultado de un negocio en el largo plazo es la sumatoria de las actividades que sus empleados hacen diariamente. Estos 7 componentes son entonces un marco de referencia muy útil para organizar estas actividades diarias y poner al equipo de trabajo en sintonía.
Para concluir esta nota de blog, debo puntualizar en una aclaración específica sobre la diferencia que existe entre la formulación del PLAN DE NEGOCIO y la formulación del PLAN ESTRATÉGICO:
Un plan estratégico define dos cosas principales: ¿Dónde jugar y cómo ganar?
Dónde jugar define a que mercado me conviene más llevar mis productos, quienes son los clientes que van a consumir con más regularidad mis productos y/o que están dispuestos a pagar el precio más justo, en qué segmentos mercado me voy a enfocar (edad, gustos o preferencias, costumbres, etc.), en qué categorías de productos convendrá más participar (crudo, procesado, con o sin valor agregado, etc.). Cómo ganar define la fórmula para tener éxito. Cuál es la estrategia que aplicaré que marcará la diferencia de mis productos con otros productos iguales o similares a los míos, por qué los consumidores van a escoger mis productos y no los otros que encontrará en el mismo mercado, y cómo eso me va a producir ingresos estables indefinidamente.
Un plan de negocios define las actividades que contribuyen al plan estratégico.
El plan de negocios es lo que me permite calificar, evaluar y clasificar mis ideas para luego priorizarlas y elegir la mejor idea que me permita aprovechar al máximo mis fortalezas y oportunidades con el propósito de obtener ingresos estables y rentables, y esto soportado por la estrategia que me ayudará a realizar esta idea a través de las acciones que mejor correspondan con el desarrollo de la idea, además que provee los detalles para su ejecución. El plan de negocio define entonces las tácticas y actividades, nombrando los responsables, los tiempos, los recursos necesarios, y los resultados esperados de cada actividad. Por lo tanto, está enmarcado en un tiempo específico: un trimestre, un semestre, un año, cinco años, diez años, etc.
En consecuencia, ambas herramientas son importantes, y deben ser trabajadas una con los elementos que toma de la otra. Así pues, en el Programa PARTNER PRO estamos trabajando con los afiliados en proveer conocimientos que les permitan profundizar en el entendimiento de lo que son estas herramientas y junto con ello también en proveer las pautas profesionales para su uso, incluyendo proporcionar nuestras plantillas para la elaboración tanto del Plan de Negocio como del Plan Estratégico para cada ganadería o granja de producción agropecuaria, para después acompañarlos en su desarrollo con las pautas para realizar sus ideas de una manera holística.
Para el siguiente blog sobre esta serie titulada “Ganadería Planificada” elegí hablarles a cerca del siguiente paso en el proceso de planificación: LA PLANIFICACIÓN GANADERA HOLÍSTICA. Te invito desde ya para que no te lo pierdas.
Espero que en algún momento consideres darte la oportunidad de afiliarte con nosotros en PARTNER PRO. Me es muy grato y sobre todo emocionante y comprometedor cuando me permites ser tu guía en tu proyecto agropecuario, que es justo lo que venimos trabajando en nuestro programa de acompañamiento profesional a distancia. Espero que cuando te sientas listo para esto, te unas y participes. Siempre serás bienvenido!
Comentarios