Ganadería 2024: Especialización vs Diversificación

Ganadería 2024: Especialización vs Diversificación

GANADERÍA 2024

ESPECIALIZACIÓN VS DIVERSIFICACIÓN

 

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IMPORTANTE:

Al final de esta publicación, hemos dejado una "tarea por hacer".

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Tiempo aproximado de lectura requerido: 15 a 20 minutos. 

 

Parecía buena la idea de la especialización de la producción agropecuaria.

Lo digo en pasado porque luego de más de dos décadas de estar vinculado como profesional y productor a estas actividades he podido comprobar que definitivamente no es buena idea, pero cuando apenas comenzaba yo también pensaba que había que especializar la producción y me parecía que sí era buena idea. Fueron los años de experiencia los que me hicieron cambiar de parecer, y en este blog te quiero compartir mi criterio explicando por qué estoy convencido de que es mejor la diversificación agropecuaria productiva. 

Por lo general, tenemos una buena percepción de la especialización en general. Por ejemplo, no es lo mismo acudir a un médico general que a un médico especialista cuando lo que buscamos es una solución a un problema de salud específicamente en un órgano o sistema. Como no es lo mismo acudir a un zootecnista genérico cuando lo que buscamos es formular una dieta para los animales en cuyo caso se acude al especialista en nutrición animal. Y en casos así, posiblemente está más que bien justificado esto de especializarse en algo y acudir al especialista.

Pero cuando se trata de producción agropecuaria, en mi opinión personal y basado en mi experiencia no sólo propia sino trabajando con centenares de productores en más de una decena de países, la especialización tiene más desventajas que ventajas.

En la agricultura, parece bueno especializarse en producir un solo tipo de cultivo. Como en la pecuaria parece bueno especializarse en producir con una sola especie animal y además un solo propósito de producción. Por eso es muy fácil encontrar por todo el mundo las tierras cubiertas de monocultivos (se cultiva una sola cosa), y los establecimientos pecuarios monoproducto (se produce una sola cosa). Por ejemplo, las grandes extensiones cubiertas de cereales y granos (arroz, trigo, cebada, centeno, sorgo, soya, etc), y los ganaderos de producción especializada de leche, o los engordadores de ganado, los porcicultores, los acuicultores, los avicultores, etc.

No conozco tanto de la historia de la producción agropecuaria ni estoy tan bien informado como para saber a ciencia cierta en qué momento y promovido por quién específicamente, es que los productores agropecuarios se convirtieron en monocultivadores y monoproductores, o en “especialistas” en producir una sola cosa en sus tierras.

Lo que sí sé, es que todavía puedo recordar de mi niñez cuando íbamos de paseo a la finca del abuelo o familiares o amigos de la familia, que al regresar los carros volvían repletos de todo tipo de alimentos por cantidades, cosa que tristemente cada vez veo menos.

Hasta me resulta de lo más absurdo saber que un sinfín de productores de leche despachen toda su leche para la venta a la industria, para luego ir a la tienda y comprar la leche envasada, luego de pasar por todos los procesos que le hace la industria y por lo tanto más costosa. No sé cuántos productores de carne, pollo, huevos, cerdo, peces, agricultura de todo tipo, hacen lo mismo, de despachar todo para la venta y luego ir a comprar lo mismo que producen en los mercados.

El solo hecho de saber que son dueños de tierras, en las que bien podrían producir cualquier cantidad y variedad de alimentos, pero en cambio producen una sola cosa, y tienen que ir al mercado para conseguir todo lo que podrían producir en sus propias tierras, eso ya me viene resultando desde hace años una idea absurda, pero se la debemos a la especialización.

Mi historia sobre cómo volvíamos de los paseos familiares a las fincas con los carros repletos de alimentos no fue hace tanto tiempo, apenas 40 años atrás más o menos (la década de los 80’s del siglo XX). Y cuentan mis padres que así era también para ellos desde antes, así que deduzco que fue después de mitad del siglo pasado (XX) cuando se dio esta transición hacia la especialización y esto coincide con la plena expansión de la revolución verde. Así que no es difícil tampoco deducir que la especialización de la producción agropecuaria fue una consecuencia de la impulsada revolución verde como también de la revolución industrial.

Los “revolucionistas” (industrial y verde) nos convencieron (o a nuestros padres y abuelos) de que para ser más productivos y rentables debíamos simplificar la operación agropecuaria, y dedicarnos a producir muy bien una sola cosa en vez de producir muchas no tan bien. Nos convencieron de que al producir muchas cosas nos estábamos complicando la vida, porque cuando se producen muchas cosas hay que “saber de todo” (y nadie sabe todo, dicen), y hay que hacer de todo, y argumentan que quien quiere hacer de todo no lo hace del todo bien precisamente por no estar concentrado, enfocado, especializado, en una sola cosa.

Y es que, si te citan el ejemplo del médico, y te dicen que si tienes una infección profunda y delicada del oído es mejor acudir a un otorrinolaringólogo que a un médico general (o cualquiera otra que sea la afección y el especialista correspondiente), y te confrontan con la pregunta de ¿tú a quién preferirías ir, si al médico general o al especialista, para un caso así? Sería esperable que respondas que por supuesto vas al especialista.  

Pero si lo pensamos bien, nos podríamos autocuestionar, si llevamos un estilo de vida sano ¿con qué frecuencia visitamos al especialista en una sola cosa? Y la verdad es que es muy, pero muy infrecuente. Tiene que ser que padezcamos de una enfermedad crónica y específica de un órgano o sistema, que requiera de atención frecuente de un especialista. Porque el común de las personas si tienen que visitar un especialista, lo hacen pocas veces en su vida, y puede de hecho que diferentes especialistas por afectaciones pasajeras de diferentes órganos o sistemas en diferentes momentos de la vida. Y claro está que un especialista tiene trabajo todos los días, porque atiende a muchas personas diferentes que lo necesitan, pero la gran mayoría de esas personas sólo lo visitarán unas pocas veces en su vida, ya que una vez se recuperan dejarán de visitarlo para siempre (se exceptúan obviamente los que tienen recaídas o enfermedades crónicas).

Así que los “revolucionistas” argumentarán que, así como los especialistas tienen trabajo todos los días, todo el día, y ganan mucho dinero, también un productor agropecuario especialista podría vender un único producto y el mismo producto todos los días, y ganar mucho dinero, porque es muchísima la gente que necesita de su único producto. Sin embargo, tienes que pensar en que tu único producto casi siempre tiene un único comprador.

Es decir, si tú le vendieras tu producto directo al consumidor, tendrías muchos compradores para tu producto, pero cuántos productores agropecuarios le venden directamente al consumidor final, y más aún, cuántos productores agropecuarios tienen asegurada la venta de su único producto a tanta cantidad de consumidores finales como para que todos los días le agoten lo producido.

Producir un único producto, para vendérselo a un solo comprador, puede que sea lo ideal para quienes no se quieran “complicar” la vida con muchos productos para diferentes compradores. Pero al mismo tiempo, quien así piensa, debe ser consciente de que implica una dependencia. Ese productor depende de ese único comprador, pero ese comprador no depende de ese productor. Para ese comprador es fácil conseguir quien le venda lo que necesita, pero para ese productor cuando pierde al único comprador que tiene, se le hace bastante difícil encontrar otro.

Esta relación de dependencia que tienen un sinfín de productores con su comprador (casi siempre la industria), lo convierte en un productor vulnerable y fácilmente manipulable. Por lo que ese productor terminará haciendo lo que su comprador le pide, casi como en el pasado un patrono lo hacía con sus esclavos. Se lee fuerte, pero a ese punto llegamos. Como productores nos hacemos prácticamente esclavos de la industria.

Un sinfín de ganaderos entran en pánico cuando el único comprador que tienen, y esto es, la industria, lo presionan con bajar el precio del producto, o cumplir exigencias de calidad con altos estándares que les obliga a hacer grandes inversiones, o lo amenazan de dejar de comprarle. Un productor que se somete a la voluntad de la industria, y hace todo lo que la industria le obligue o exija, es un productor que ha perdido completamente su libertad o autonomía.

A modo de anécdota, estuve reunido una vez con altos directivos de una de las más grandes industrias de lácteos en un país de Latinoamérica. Una industria que tiene una imagen impecable ante los consumidores de productos con más de 200 referencias en el mercado. Y en aquella reunión nos revelaron su interés en concentrar la proveeduría de leche en menos cantidad de productores, con el fin de reducir costos en fletes de recolección finca por finca.

Esto podría ser una oportunidad interesante para crear tanques comunitarios de recolección de leche, pero a la vez esta sería una solución bastante compleja, de un lado porque estos tanques comunitarios recibirían la leche de muchos productores entre los cuales puede haber los que sí se preocupan por cumplir con altos estándares de calidad y los que no, pero del otro lado está que a los productores les correspondería llevar su leche hasta ese tanque.

Conozco muy bien estos casos, y tuve la oportunidad de liderar la realización de un proyecto de estos, y aunque se lee como algo que no pareciera tan difícil de lograr, resultó una tarea prácticamente imposible. Empezó todo funcionando muy bien, pero aparecieron los problemas con los productores, que por no querer esforzarse en darle calidad a su leche estropeaban el esfuerzo de quienes sí lo hacían, porque toda la leche se reunía en el mismo tanque. Pero también, los productores que estaban más retirados del acopio tenían dificultades, en especial para transitar por carreteras en mal estado en temporadas de lluvia.

Tampoco era nada fácil la tarea de reunirlos para capacitarlos, o para realizar asambleas de la comunidad para tomar decisiones sobre la administración del acopio, y de solucionar en conjunto esos problemas que fueron apareciendo.

Esto es una de las razones por las cuales la industria prefiere no complicarse con compromisos de impulsar los acopios comunitarios. Así que la otra estrategia que tenía la industria con la que nos reunimos era la de impulsar la intensificación de la producción, es decir, más volumen de leche en una misma finca, y para esto tenían dos alternativas, una era la de ellos crear sus propias ganaderías en sistemas estabulados, y la otra era la de impulsar la estabulación, y en ambos casos, manejar vacas con altas producciones. Y sumado a esto, presionar a sus proveedores a seguir su ejemplo, y a los productores a pastoreo impulsarlos a manejar altas cargas animales con vacas de alta producción individual, e ir dejando fuera a los productores de poca producción. Sea como sea, el fin último de esta industria era, bajar tanto como fuera posible sus costos y a la vez diluir sus costos inevitables en un mayor volumen de leche recogida en menos sitios.

Cualquier productor se siente ofendido si se entera de un plan como este. Sin embargo, la industria también es un negocio, y así como todo productor está viendo siempre como bajar sus costos de producción y diluir sus costos ineludibles en mayor volumen de producción, la industria también necesita hacerlo. Con la gran diferencia de que, un productor promedio se emplea a sí mismo (quienes viven en su finca y de lo que produce su finca) y, como mucho, emplea a una persona más, que casi siempre es de la misma familia, o quienes no viven en sus fincas ni de lo que producen por lo general emplean a una persona y algunos ayudantes. Mientras que una industria genera decenas y a veces cientos de empleos, maneja una nómina costosísima, paga mucho en impuestos, paga facturas costosísimas de servicios públicos, costos altos en mantenimiento de planta y equipos, carrocerías y su mantenimiento, y un montón de costos.

De manera que la industria siempre se preocupará prioritariamente por su propio negocio, y aunque traten de manejar una excelente relación con cada uno de sus proveedores, necesitará desarrollar las estrategias que considere necesarias y adecuadas para que sea sostenible.

Y aunque he recurrido al ejemplo de lo que ocurre con la industria lechera, con la que he estado muy de cerca y es con la que más experiencia tengo, también he podido estar muy cerca de la industria cárnica y la situación es similar, aunque las características sean diferentes. Igual que también ocurre con la porcicultura y con la avicultura.

Así que, aunque no lo quisieran, o aunque la intención de la industria no sea la de manipular, la preocupación por hacer sostenibles sus propios negocios les hace tomar decisiones que afectan directa e indirectamente a sus proveedores, sean de la escala que fueren, pero que los hace preferir a los productores más grandes (los de mayor volumen), y quienes más resultan afectados son los productores medianos y sobre todo los más chicos, que en Latinoamérica por lo general en todos los países son mayoría, así que son millones de productores los que afrontan esta situación.

De tal manera que, la idea de especializarse en un solo producto para proveérselo a un solo comprador (la industria) no ha resultado ser tan buena. Y aunque asociarse entre pequeños y medianos productores es una alternativa viable, no es nada fácil.

Quisiera agregar muchos otros ángulos de análisis, tocando otros asuntos colaterales, brindar otras perspectivas, pero tampoco quiero hacer más larga esta lectura. Son demasiadas las razones por las cuales considero que la especialización de la producción agropecuaria tiene muchísimas desventajas e inconvenientes, como para abordarlas en un solo escrito (me sale un libro si lo hago). Así que dejaré tema para próximos blogs.

Por lo pronto quiero concluir este, enfocando de nuevo su atención en el problema de fondo que, si me interesa exponer y es el de que, definitivamente los productores agropecuarios debemos abandonar la especialización de la producción, los establecimientos agropecuarios de monocultivo y monoproducto.

Estoy absolutamente convencido de que tenemos que diversificar, y volver a llegar a casa con el carro lleno de una gran variedad y cantidad de alimentos, hasta para compartir con los vecinos, producir todo con el mismo estándar de calidad y el mejor posible, y llevar todo esto también en lo posible a diferentes plazas del mercado local, o mejor aún, también si fuera posible, relacionarnos más directamente con los consumidores finales y proveerles tanto como se pueda con ninguna o la menor intermediación posible.

Claro está que es un gran desafío, porque implica ir más allá de la producción. Pero no debemos, no podemos, seguir quejándonos del sistema, y al mismo tiempo encontrarle mil problemas a la solución. Nadie dice que sea fácil, pero hay que intentarlo. La libertad y la autonomía del productor agropecuario dependen de sus propias decisiones y de su actitud para tomarlas.

Lo que debe quedar muy claro es, que cuando produces una sola cosa, dependes de la venta de esa sola cosa. Y cuando el negocio no esté bien, no tienes alternativa para poder equilibrar, así que tu economía tampoco estará bien, y todo se pone más difícil en esta condición.

Una frase muy popular lo resume muy bien: “No debemos poner todos los huevos en el mismo canasto”. Sé que no necesitas que lo explique, pero igual lo haré: Si el canasto se cae, se rompen todos los huevos que haya en él. Y ojalá no sea el caso de que estemos atravesando una situación económica difícil y todo lo que haya o lo único que haya para comer sean huevos (aquí de nuevo el problema de que solo haya una cosa). Si todos tus ingresos dependen de los huevos que despachas en un camión, y el camión se accidenta en el camino, se voltea y todos los huevos en el contenedor se pierde (no exagero, porque ya he visto casos), todo el producido se pierde y hace un gran “hueco” en tu economía, porque es lo único que produces. Y peor aún, si a todo el lote de aves se le prende un virus (por ejemplo, el de influenza aviar) y pierdes todo el lote, el único que tienes y lo único que produces, y te ves obligado a empezar totalmente de ceros, pero de seguro ni siquiera de ceros, sino con deudas y sin poder generar ingresos.

En cambio, piensa en que, cuando produces una variedad de alimentos en tus tierras, tanto agrícolas como pecuarios, no sólo puedes cosechar tus propios alimentos para toda tu casa, y hasta para tu vecindario o comunidad. Sino que, tienes más alternativas para generar ingresos y no depender de un solo producto. Si el mercado de alguno se cae, te puedes respaldar en el mercado de los otros productos, para no quedarte sin ingresos.

No me tocó vivir en la época de la pre-industrialización y anterior a la revolución verde, pero no me queda tan difícil deducir que, estoy seguro que en aquella época los productores del campo nunca dependieron de un solo producto como nos pasa a nosotros ahora por especializarnos. Y estoy completamente convencido de que a esa diversificación en el uso productivo de la tierra que tenemos el privilegio de administrar es a lo que hay que regresar.

A los campos a los que les damos diversificación productiva, pudiendo cosechar de ellos toda clase de alimentos tanto agrícolas (vegetales) como pecuarios (animales), en un ambiente al mejor estilo de la agroforestería y el silvopastoreo, los he llamado: Ecosistemas Productivos. Y a mi parecer, son el único futuro posible para nuestra actual generación y las que vienen atrás.

¿Y tú qué opinas? ¿Especializar o Diversificar? ¿Qué prefieres y por qué? No tienes que estar de acuerdo conmigo. Sólo he compartido mi criterio contigo, pero puedes disentir y opinar diferente. Ojalá me compartieras en la sección de comentarios de este blog tu opinión.

 

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LA TAREA QUE TE DEJAMOS HOY ES:

Considerando esta lectura, retoma y revisa tu lista de propósitos y objetivos, así como tu lista de ideas para realizar, que estas construyendo para este 2024 (y los demás años futuros), y analiza si esos propósitos, esos objetivos y esas ideas, están enfocados hacia la especialización o hacia la diversificación de la producción.

Si encuentras que tu lista está más enfocada en la especialización, analiza y evalúa si eso es lo que realmente quieres para tu negocio agropecuario. Si estás enfocando tu proyecto agropecuario hacia la especialización, pero en realidad no es la ruta que quieres seguir, sino que quisieras ir hacia la diversificación, entonces replantea tu listado, intentando reorientar tus propósitos, tus objetivos y tus ideas de lo que quieres hacer, hacia la diversificación.

Si en cambio encuentras que tu listado sí está llevando tu proyecto agropecuario hacia la diversificación productiva, y eso es realmente lo que quieres, entonces ¡sigue adelante!

Si no has estado siguiendo las publicaciones anteriores del programa de Ganadería 2024, te dejamos los enlaces a continuación:

  1.  El que a nada le apunta a nada le pega, pero...
  2. Todo lo que te propongas en tu ganadería lo puedes lograr
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* Profesional en Zootecnia.
* Especialista en Nutrición Animal Aplicada.
* Asesor/Consultor Internacional en Ganadería Agroecológica
* Fundador de la Red de Profesionales CEG Internacional y desarrollador de la Red Social PARTNER CEG.

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